Las muñecas Daruma traen buena suerte y los jugadores podrán comprobarlo en este juego clásico de inspiración japonesa Lucky Neko Gigablox™. La simbología no dejará a los jugadores ninguna duda sobre dónde están con el gato, entre otras cosas. Una organización bellamente representada y 3 características: el Lucky Neko, Gigablox y giros gratis (como en 9K Yeti™ otra maravilla del software de Yggdrasil) intentarán reponer sus arcas.
La historia de la muñeca daruma está estrechamente relacionada con la del monje budista Bodhidharma, iniciador del budismo zen en Japón. Se dice que este monje, originario de la India, vivió entre los siglos V y VI d.C., pero su historia está entremezclada con leyendas y existe en diferentes versiones (como la mayoría de las historias japonesas), dejando sus orígenes y su vida en el misterio.
La mayoría de las historias cuentan que el monje Bodhidharma, en su peregrinaje, se detuvo durante un tiempo en un monasterio de Shaolin en China, donde desarrolló la enseñanza del budismo Chan, así como la práctica del arte marcial del Kung Fu de Shaolin. Tras retomar el camino, decidió detenerse en una cueva para meditar hasta alcanzar la iluminación. Pasó nueve largos años observando la pared de la cueva, sentado y sin cerrar los ojos.
Cuenta la leyenda que, al final del séptimo año, el monje se quedó dormido de cansancio. Cuando se despertó, estaba tan enfadado consigo mismo que decidió cortarse los párpados y no volver a dormirse. Percibió esta debilidad como una falta de disciplina y quiso reparar a los dioses mutilándose de esta manera.
Según la leyenda, las plantas de té verde brotaron donde se lanzaron los párpados. Desde entonces, los monjes budistas beben té verde para mantenerse despiertos y meditar durante largas horas. Tras nueve años sentado en la misma posición sin moverse ni un centímetro, el monje Bodhidharma perdió el uso de sus extremidades.
Algunos relatos dicen que sus piernas y brazos se atrofiaron, otros dicen que se desprendieron completamente de su cuerpo. Por eso el muñeco daruma se representa sin brazos ni piernas. La intensa expresión del daruma, con sus dos grandes ojos abiertos sin párpados, encarna la lucha, la determinación y la perseverancia del monje Bodhidharma.
Las primeras muñecas daruma se fabricaron en el siglo XVII. Los monjes de la ciudad de Takasaki, en la prefectura de Gunma, tuvieron la idea de fabricar talismanes de papel maché con la imagen del monje Bodhidharma para dar suerte a los agricultores.
Los ingresos de los agricultores solían depender de la suerte en la época de la cosecha y, como la cultura japonesa es muy supersticiosa, tener un amuleto de la suerte les venía bien. Con el tiempo, los agricultores empezaron a fabricar ellos mismos las muñecas daruma y a venderlas para complementar sus escasos ingresos en tiempos de penuria económica. Unas décadas más tarde, el uso de la muñeca daruma ganó en popularidad y se extendió por el resto del país.
En la actualidad, la ciudad de Takasaki sigue produciendo más del 80% de la daruma que se fabrica en Japón. Un cuerpo redondo, sin brazos ni piernas. Pero hay una explicación de por qué el muñeco daruma fue diseñado para volver siempre a su posición vertical original. ¿Es el mismo principio que un vaso? Por mucho que se le empuje, siempre se levantará de nuevo.
La daruma es una maravillosa ilustración del proverbio japonés (nanakorobi yaoki) que se traduce como (caerse siete veces, levantarse ocho). Dicho de otro modo, no importa cuántas veces te caigas, siempre debes volver a levantarte para lograr tu objetivo. El daruma es un amuleto de buena suerte (al igual que el Maneki Neko), pero sobre todo es un poderoso símbolo de perseverancia.
La característica más notable de la muñeca son sus dos grandes ojos abiertos, sin párpados ni pupilas. La teoría que subyace está relacionada con la historia de Bodhidharma y el momento en que se arrancó los párpados para no quedarse dormido. El vello facial pintado en la estatuilla corresponde a las cejas y la barba del monje Bodhidharma.
Algunas personas escriben su deseo en el muñeco para tenerlo a la vista o para hacer más oficial su deseo con ellos mismos y con los dioses. Aunque hoy en día hay darumas de todos los colores, el color tradicional más popular es el rojo. Una de las teorías es que Bodhidharma, tras su viaje a China, vistió una larga túnica roja como los monjes budistas chinos durante sus nueve años de meditación en la cueva.
Otra teoría, mucho más oscura, es que el color rojo pudo originarse durante un periodo de devastadoras epidemias de viruela en el país. En una cultura tan supersticiosa como la japonesa, esta enfermedad sólo podía ser una maldición enviada por un dios vengativo.
Según una creencia popular, el rojo era el color favorito del dios de la viruela, por lo que la gente empezó a vestirse de rojo para caer en gracia al dios y librarse de la enfermedad. Así, se creía que el color rojo de la muñeca daruma alejaba las enfermedades y ayudaba a la curación.